miércoles, 3 de diciembre de 2008

Comprensión de lectura



  • Quinto básico


Benjamín y el misterio de las lombrices



Benjamín era un niño muy simpático. Jugaba todos los días con tierra en los almácigos que sus padres habían hecho en el balcón del departamento. Cuando llegaban visitas se horrorizaban de ver al niño con la cara y las manos sucias de tierra, de tanto sacar malezas. Nadie sabía por qué su entretención favorita era la de llevar palitas, rastrillos y jardineras con agua para regar, en vez de sentarse a ver dibujos animados en la televisión.
Así transcurrieron varios meses. Un día, su mamá notó que Benjamín hablaba un idioma extraño. Pensó que era porque pasaba tanto tiempo solo y decidió invitar a primos y amigos a juntar con él. Pero el niño se quedaba dormido y los amigos se aburrían y no querían volver a visitarlo.
Un día la mamá de Benjamín descubrió que el niño escondía algo en su bolsillo cuando volvía del balcón y decidió observarlo. Cuando él se quedó dormido, ella revisó el ropero. Descubrió que detrás de las maletas con ropa de invierno, Benjamín había construido un castillo de tierra para lombrices. Les había hecho habitaciones y jardines con flores silvestres. Puso autos de juguete en los puentes levadizos y las lombrices paseaban felices por las distintas dependencias del ropero.
Cuando la mamá volvió del desmayo, ayudada por la nana y el papá, las hermanas de Benjamín estaban alhajando el castillo con muebles en miniatura y haciendo cortinas para cubrir los pórticos y las ojivas góticas.
La mamá repetía que todo era una pesadilla y se enfermó. Entonces llamaron a la abuela para que le hablara a Benjamín en idioma de abuela y averiguara por qué estaba actuando de esa manera tan extraña.
El niño le contó a la abuela que estaba cansado de jugar con cosas de mentira, que la televisión mostraba dibujos que se movían, pero que en realidad no estaban ahí. Y que además la gente desaparecía con el control remoto. Le contó que como él no sabía leer y en la casa todos estaban ocupados siempre, él se había hecho amigo de las lombrices. Que eran divertidas y que jugaban a las escondidas y al pillarse. Que estaban muy contentas de vivir en el ropero porque así jugaban con Benjamín. Contó que ellas se quejaban porque nadie las valoraba y las echaban de los jardines creyendo que eran destructivas. Las pisoteaban los niños, la gente inventaba que tenían infecciones y les hacían muecas de asco y todo eso a ellas les dolía.
Benjamín le aseguró a su abuela que ellas eran princesas de la tierra y por eso les había construido el castillo, Además como él ya sabía que sería arquitecto cuando fuera grande, entonces estaba adelantando la práctica profesional. Que seguramente se la reconocerían después de la universidad por lo original y económica. Decía que nadie antes había hecho un proyecto que replanteara un modelo imperio para lombrices en tierra nativa. La abuela le encontró toda la razón, incluso dijo que tenía un estilo en la línea arquitectónica de Gaudí que a ella le parecía genial. Prometió ayudarle llevándole caracolas, mosaicos, piedras de colores para que terminara su obra. Benjamín estaba feliz porque como a él no le daban permiso para salir a la calle, no había podido recolectar materiales para diseñar los detalles.
En ese momento se decidió que Benjamín debía ir al jardín infantil con su hermanita Luisa para que aprendiera a vivir con normalidad y compartir con sus semejantes más que con las invertebradas lombrices.
El primer día en el jardín, el niño les contó a las tías y a los demás niños la historia de las lombrices. Todos decidieron incluir entre las actividades del jardín una visita guiada al ropero de Benjamín. Así podría enseñarles a los párvulos cuáles eran los anélidos o lombrices de tierra.
Pero al llegar a casa las lombrices estaban llorando desconsoladas porque extrañaban a Benjamín. Entonces pidieron que las llevaran a ellas también al jardín. Ofrecieron a cambio mejorar la tierra del parque de diversiones en que juegan los niños. Generarían mucho humus para fertilizar y llenar de flores el lugar para que todos estuvieran alegres y llenos de colores. La directora aceptó y las consideró en su lista de benefactores oficiales. La abuela de Benjamín donó unos terrenos del norte para que trasladara la obra del ropero y pudiera ampliarla.Lila Calderón (chilena), en “Viaje de las águilas eléctricas”.



Preguntas


- Antes de la lectura:


1) ¿Conoces las lombrices?


2) ¿Haz visto alguna? ¿En qué lugar?


3) Después de leer el título ¿De qué crees que se trata?


- Después de leer el texto responde:


1) ¿Cuáles fueron las reacciones de cada miembro de la familia ante el descubrimiento del castillo de tierra para las lombrices de Benjamín?


2) ¿Cómo llama Benjamín a las lombrices? ¿Por qué?


3) ¿Por qué las lombrices estaban contentas de vivir en el ropero?


4) Benjamín decía que las lombrices eran princesas de la tierra ¿Por qué?


5) ¿Qué beneficios le proporcionan las lombrices a la tierra?


Marca la alternativa correcta:


- La mamá de Benjamín descubrió que el niño escondía:


___ los juguetes debajo de la cama


___ los libros de cuentos.


___ un secreto en un lugar de su habitación


- La razón por la que el niño construyó el castillo para lombrices fue:


___ porque estaba cansado de jugar con cosas de mentira


___ para que los amigos jugaran con él.


___ quería llamar la atención de su padre.


- Benjamín decía que las princesas de la tierra estaban:


___ escondidas del resto de los hombres.


___ contentas de vivir en el ropero, porque él sí las comprendía.


___ escondiéndose de sus amigos.


Responde:


1) Qué razones tendría la mamá para que en ese mismo instante decidiera que Benjamín fuera al jardín infantil?


2) Explica con tus palabras cómo le fue al niño ese primer día en el jardín.


3) ¿Por qué la directora aceptó a las lombreces como benefactoras oficiales?


Completa:


1) Las lombrices paseaban felices por el_______


2) Cuando Benjamín llegó del jardín infantil las_________________llorando


3) Benjamín hablaba un__________extraño.



Fuente: Texto de lenguaje 5º básico, Santillana.

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